Campeón individual del "ATP Challenger Casino Admiral Trophy Marbella 2018" Stefano Travaglia (Italia) 6-3, 6-3. Finalista Guido Andreozzi (Argentina) Campeones en dobles la pareja formada por Guido Andreozzi (Argentina) y Ariel Behar (Uruguay) 6-3, 6-4. Finalistas Martin Klizan y Jozef Kovalik (Eslovenia)
Challenger Marbella Casino Admiral Trophy
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Marbella
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domingo, 1 de abril de 2018
sábado, 31 de marzo de 2018
viernes, 30 de marzo de 2018
Final del ATP Challenger Casino Admiral Trophy Marbella entre el italiano Stefano Travaglia y el argentino Guido Andreozzi
Guido Andreozzi |
Stefano Travaglia |
Stefano
Travaglia y Guido Andreozzi competirán en la final de singles del domingo por
el premio inaugural de € 43,000 Casino Admiral Trophy celebrado en arcilla en
el Puente Romano Beach Resort and Spa en Marbella.
Travaglia
superó a Martin Klizan de Eslovaquia por 7-6, 6-0. El sembrado No. 7 de Italia
envió seis aces, ganando el 79 por ciento de sus primeros puntos de servicio
para prevalecer después de una hora y 20 minutos.
Andreozzi
noqueó al No. 3 del torneo Marco Cecchinato de Italia por 6-3, 6-3. El
argentino de 26 años salvó cuatro de los cinco puntos de quiebre que enfrentó,
convirtiendo cuatro de los suyos para sellar la victoria en una hora y 14
minutos.
Andreozzi
aparecerá en su segunda final ATP Challenger esta temporada después de levantar
el trofeo en Punta del Este, Uruguay. Travaglia ve su segundo trofeo ATP
Challenger después de su triunfo en Ostrava el año pasado. Andreozzi podría
asegurar su sexto título. También ganó la única reunión previa entre los dos en
el Desafiador de Santos en 2013.
ATP Challenger Casino Admiral Trophy, Club de tenis Puente Romano, Marbella. Crónica de la jornada del jueves día 29 (Cuartos de Final)
Crónica de la Federación Andaluza de Tenis (FATENIS)
Marbella ha
vivido otra gran jornada de tenis con motivo del torneo Casino Admiral Trophy
ATP Challenger que se desarrolla del 24 al 31 de marzo en el Club de Tenis
Puente Romano de Marbella. El cerco de aspirantes al trofeo de Marbella se ha
cerrado con un marcado sabor italiano en tres de sus cuatro vacantes a disputar
la semifinal.
De los
cuatro encuentros disputados, destaca el protagonizado por el eslovaco Klizan
ante el argentino Trungelliti. En apenas una hora, Martin Klizan disipó
cualquier esperanza de victoria de su rival, hasta ahora considerado serio
aspirante a trofeo, a quien le impuso un rápido ritmo de juego sin apenas darle
oportunidad de respuesta sobre la tierra batida. (6-1 6-2).
El argentino
Guido Andreozzi tuvo que dedicar más tiempo para vencer a su rival, Simone
Bolelli (ITA), en el primer turno de partido de esta tercera ronda de la
competición. Aunque el italiano se mostró cómodo en la primera manga,
Andreozzi, reaccionó y a partir del segundo set se hizo con las riendas del
encuentro (6-3 0-6 3-6). Su compatriota, Marco Cecchinato resolvía con
contundencia su pelea ante Ramanathan (India) en el segundo turno (6-1 6-4).
Los últimos
en pisar la pista central del Club de Tenis de Puente Romano fueron el belga
Coppejans y el italiano Stefano Travaglia. Muy igualados en fuerzas, los dos
jugadores tuvieron que emplearse a fondo con la raqueta. Coppejans reaccionó al
tiebreak del primer set a favor de Travaglia imponiendose en la segunda manga
pero Travaglia no se doblegó a las aspiraciones de su rival (5-7 6-2 4-6).
En paralelo,
en el cuadro de dobles la representación española desaparece de la competición.
Avanzan imbatibles G. Andreozzi (ARG) / A. Behar (URU) quienes apartaron de la
competición al serbio afincado en Marbella Marco Djokovic y al marbellí Carlos
Gomez-Herrera
jueves, 29 de marzo de 2018
miércoles, 28 de marzo de 2018
El Circuito Challenger esta formado por un elenco de torneos donde cientos de jugadores se dejan la piel cada semana en escenarios carentes de la gran atracción mediática del circuito ATP
El circuito Challenger está formado por un extenso elenco de
torneos menores donde cientos de jugadores se dejan la piel cada semana en
escenarios carentes de la atracción mediática del circuito ATP pero que son
utilizados por tenistas con distintas necesidades como rampa de lanzamiento
hacia sus objetivos. Pocos miradas se posan sobre esta serie de eventos
secundarios, pero igualmente necesarios para el desarrollo de noveles rostros,
recuperación de heridos en el ardor de la guerra o simplemente la conservación
de una práctica laboral encuadrada en un grado de exigencia menor para los que
no son capaces de llegar a alcanzar la excelencia del firmamento profesional.
Un grito rompe el silencio de la calurosa mañana. Sobre la tierra de uno de tantos Challenger que se disputan por el mundo, Tommy Robredo maldice una
decisión de un juez de línea. “Ya vale, hombre. Voy a avisar al supervisor del
torneo”, amenaza mientras Gimeno-Traver le observa hastiado tras la red. Es la
final de un torneo que pone en juego 90 puntos y 6.150 euros
para el ganador y los jugadores enseñan las garras constantemente. Se paga con sangre
un centímetro de terreno y se discute cada bola como si fuera la última. La
situación, sin embargo, no es nueva. Así son los Challengers. Así es la vida en
el alambre. Una guerra por la supervivencia donde todo vale. Es el tenista
convertido en animal, movido por la tiránica necesidad de devorar para no ser
devorado. Es la jungla, enseñado las afiladas fauces del precipicio
¿Qué hace Robredo, un ex número cinco del mundo con casi 700
partidos disputados en la élite, bajando a pelear al barro? ¿Por qué batalla
contra jugadores a los que podría entrenar y contra otros con los que compartió
vestuario en tiempos pasados? Una lesión en el tendón semimembranoso de la
pierna izquierda le manda a la lona durante demasiados meses. Tantos, que
cuando vuelve a competir lo hace desde el puesto 471 de la clasificación y el
ránking protegido, que solo puede utilizar durante nueve torneos para competir
como 50 del mundo, no le ayuda a recuperar la posición que necesita para poder
disputar los grandes eventos de la temporada. A sus más de 35 años, Tommy vuelve a los
inicios demostrando que corre tenis por sus
venas. Que la edad y los azotes del destino no son tan fuertes como para matar
el veneno, la adrenalina que solo da la competición y que es el principal
síntoma padecido por un jugador retirado. Y, lo más importante, que no tiene
miedo a tener que remar contracorriente. En esa misma posición, se encuentran
muchísimos tenistas movidos por causas distintas.
La realidad es clara y desconocida para el gran público.
Muchos de los jugadores presentes entre los 100 primeros puestos de la
clasificación disputan más partidos de torneos Challenger que de del circuito
ATP. Hanescu, número 61 del ránking ATP, es el paradigma de lo expuesto. Once
pruebas menores le han visto competir en 2012 -ganando tres de ellas- y solo 18
veces ha pisado una pista que formase parte del circuito ATP. Martin Klizan,
una de las sensaciones de la temporada presente entre las treinta mejores
raquetas del planeta, ha disputado 27 torneos ATP (19 victorias y 12 derrotas)
y 12 del calendario Challenger (28 victorias y 5 derrotas). Kuznetsov, Ito,
Gimeno-Traver, Lorenzi, Bautista, Soeda, Ramírez-Hidalgo, Bolelli, Ruffin, Lu,
Goffin, Lacko, Haider-Maurer, Zemlja, Jaziri, Chardy, Berlocq o Levine son solo
algunos ejemplos de tenistas que han disputado torneos Challenger estando
actualmente situados en la primera hoja del ránking ATP.
¿Qué busca un jugador presente entre los 100 mejores en un
torneo menor? ¿Por qué competir en eventos donde hay menos jueces de línea
(tres en las primeras rondas cuando lo habitual son nueve), se utilizan cuatro
pelotas en lugar de seis en los cambios de bolas, no hay ojo de halcón, no
existen las comodidades de otros eventos y las pistas, el público y el
escenario carecen de la repercusión de otras grandes pruebas?
Por un lado, están los que empiezan e irremediablemente tienen
que lidiar con esos intrincados inicios presentes en toda práctica deportiva y
profesional. Jóvenes que emprenden una carrera de fondo donde el camino parece
extenderse durante miles de kilómetros. Por el otro, los que permanecen la gran
parte de su carrera disputando torneos de estas características, logrando una
renta quizás demasiado corta para vivir con los privilegios de los mejores del
universo pero suficiente para trabajar en lo que desean sin renunciar a
realizar en algún momento ese salto de calidad tan necesario para cruzar la
línea. Finalmente, están los mencionados rostros afincados entre los cien
primeros que buscan sumar victorias, aumentar las ganancias y besar la gloria
que no pueden en el circuito ATP.
Solo un puñado de elegidos son capaces de subir los peldaños
de esta escalera saltando y no dando lentos y tediosos pasitos. Federer, por
ejemplo, solo ha disputado 23 partidos del circuito Challenger en su carrera.
Nadal (44), Djokovic (36) o Murray (44) son algunos otros modelos de talento y
ventura conjugados. Una gran victoria catapultó a todos ello al cielo, evitando
permanecer más tiempo del requerido por otros jugadores en las profundidades
del infierno. La ayuda de los patrocinadores, alertados por unos prometedores
resultados en categorías inferiores, proporciona la solvencia económica
necesaria para que avanzar sea más sencillo.
Los problemas a los que tiene que hacer frente un jugador
que no está entre los mejores son grandes y diversos. El dinero recaudado en
estos torneos es insuficiente para costear los gastos de un entrenador. Difícil
viajar acompañado sin el apoyo familiar o la bombona de oxígeno que supone un
patrocinador. El Challenger que mayor puntuación otorga a su ganador (125,000
+H), reparte la mitad de puntos que un ATP 250 (125). El que menos, 80.
Encadenar buenas actuaciones en un terreno pantanoso es la única vía para ir
ascendiendo poco a poco hasta la cima y poder formar un equipo de trabajo con
el que viajar sin tener que perder dinero. Así es la vida fuera de los focos.
Así es la vida del tenista que no juega finales de Grand Slam o Masters 1000.
Así es el otro tenis.
Crónica del día 27
Crónica del día 27 a cargo de la Federación andaluza de Tenis
Las jóvenes
promesas del tenis mundial se han impuesto en la primera ronda del torneo en
Casino Admiral Trophy ATP Challenger que se desarrolla desde el 24 hasta el 31
de marzo en el Club de Tenis Puente Romano de Marbella. La representación
española se reduce a tan solo dos raquetas, tras las victorias de Alejandro
Davidovich y Roberto Carballés. El malagueño Adrián Menéndez, el gaditano
Ricardo Ojeda, Tommy Robredo y Marcel Granollers no superaron la prime
El malagueño
Alejandro Davidovich fue el primero en pisar con fuerza la pista central para
vencer al eslovaco Norbert Gombos, ex top 80 en 2017, (6-3 6-3). El campeón de
Wimbledon Junior 2017 partía como uno de los favoritos en el estreno del ATP de
Marbella junto al campeón de Roland Garros junior 2017, Alexei Popyrin. El
australiano competía y ganaba en la pista dos all gaditano Ricardo Ojeda (7-6
6-4).
La suerte no
estuvo de parte del marbellí y embajador del torneo, Adrián Menéndez, la décima
raqueta nacional (N4 en el torneo) cayó ante Martin Klizan por 6-3 6-4 en el
segundo turno. El austriaco Jürgen Melzer tampoco obtuvo pase a la segunda
ronda tras perder ante el joven italiano Marco Cecchinato (6-1 6-7). La
numerosa participación española en Casino Admiral Trophy se hizo patente una
vez llegada la tarde con presencia de raquetas nacionales en los tres partidos
simultáneos y, de nuevo, sorpresas. En la pista central el granadino Roberto
Carballés tuvo que emplearse a fondo ante Martínez, en un partido emocionante y
reñido (6-3 6-4). Minutos después y contra todo pronóstico Tommy Robredo cedía
ante el joven austriaco Sebastán Ofner (4-6 1-6) y Granollers perdía contra el
hindú S.Nagal quien pisa con fuerza en el ATP de Marbella. (4-6 1-6).
martes, 27 de marzo de 2018
lunes, 26 de marzo de 2018
domingo, 25 de marzo de 2018
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